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Maracena es una ciudad perteneciente a la provincia de Granada, situada en la parte central de la Vega de Granada, siendo parte del área metropolitana de Granada. Limita con los municipios de Peligros, Pulianas, Granada, Atarfe y Albolote.
La historia de Maracena se remonta, de acuerdo a la etimología del nombre, la época romana y podría haber sido una villa de explotación agraria perteneciente a alguien llamado Maratius. En 1964 se halló en el término municipal, concretamente en la Casería Titos, un yacimiento arqueológico con restos de lo que pudo haber sido una villa romana. Entre dichos restos se encontraron tégulas, restos de un molino de mano y un pedestal con una inscripción epigráfica en la que un tal Publio Cornelio Callico dedica un ofrecimiento votivo a la diosa Stata Matremz. La presencia de dichos restos y la etimología del topónimo no dejan lugar a dudas acerca del origen romano de esta localidad.
Pero las primeras referencias documentales sobre Maracena no aparecen hasta las gestas que narran las andanzas de un caudillo árabe, Sauwar ibn Hamdun, que había nacido en Maracena en el siglo ix y que comandó las tropas contra la Rebelión de los Muladíes de Omar ben Hafsún. Algunos siglos después el rey aragonés Alfonso I el Batallador, en su afán de Reconquista y cruzada, llega hasta Maracena la cual devasta el 26 de enero de 1126 según las crónicas árabes y aragonesas. También en este lugar, junto a Albolote, Atarfe y Peligros, se desarrolla la batalla de La Higueruela el 1 de julio de 1431. El real del rey castellano Juan II se asentó en Maracena y parte de la batalla, tal y como atestigua el cronista del monarca, tuvo lugar en el lugar de Andaraxemel, pago de labranza de Maracena limítrofe de igual nombre de Peligros. La Reconquista definitiva del territorio granadino por parte de los Reyes Católicos comenzó en mayo de 1491.
Tras la toma castellana de Granada se produce a lo largo de los años un cambio en la presión de los vencedores cristianos sobre los vencidos musulmanes en todo el Reino de Granada que afecta a todos los ámbitos de la sociedad. En Maracena, sin embargo, esos cambios no son palpables en exceso ya que la población sigue siendo mayoritariamente morisca y de lengua árabe. Todo cambia tras la Rebelión de las Alpujarras de 1568 y que se salda con las expulsión de los moriscos del reino granadino. La consiguiente repoblación que se lleva a cabo es fundamentalmente con gentes procedentes del norte de Castilla, La Rioja y Navarra.